miércoles, 5 de mayo de 2010

Vanidad de Vanidades: Desgraciadamente la gente se ha acostumbrado a valorar a la demás gente por lo que tienen y no por lo que son. Y la mayoría nos hemos montado en este patín y por eso es que, cuando llega un fulano en un buen carro, lo consideramos más importante que al que llega en su Hyundai modelo 87. Nos devanamos los sesos pensando en cómo voy a comprar ese TV de plasma de 50 pulgadas o en cómo hago para comprarme esa o aquella ropa de marca, como si cuando nos muramos nos fuéramos a llevar algo con nosotros. En 50 años a partir de ahora, para los que están leyendo esto y aun para aquellos que no lo pueden hacer todavía, nada de lo que hagamos o poseamos hoy día va a importarle un comino a nadie. Seremos, con suerte, no más que un montón de huesos en un ataud podrido por los años. Y esa será toda nuestra posesión. Vemos por ejemplo a un Oscar Arias tratando de eternizarse a través de placas de metal con su nombre, en obras que ni siquiera han comenzado a construirse; pero así como hoy, con miles costos, recordamos el nombre de Otilio Ulate o Ricardo Jiménez, sin saber exactamente qué hacían o quienes fueron estos señores, igual le pasará a Oscar Arías en el futuro. De hecho, muchos de los adolescentes de hoy día ni siquiera saben que esta persona ganó un Nobel en algún momento de su vida. Por eso, quisiera dedicarme a partir de ahora a verme más como ser humano por mi condición de humano, que por las cosas que poseo. Quisiera que me amaran por lo que soy y no por lo que tengo, que de paso es muy poco.

martes, 27 de abril de 2010

Ahora a seguir cleteando.

Despuès de mucho pensarlo me decidì a hacer el Mono Chimado Extremo. Una prueba de ciclismo muy dura, pero realmente dura. Me tocò un dìa caluroso, pues hacìan como 39 grados centìgrados, es decir, la deshidrataciòn y la "tostazòn" eran seguras compañeras de viaje. Salimos a las 8:20 a.m. Una hora inusual pues era fijo que nos agarrarìa la noche dando pedal. Sin embargo, le dimos camino... y bueno, contarè el resto despuès porque ahora se me acabò el tiempo de màquina.
Ya volví. Pues bien, les diré que efectivamente hacer este ride de verdad que chima el mono, definitivamente. Son kilómetros y kilómetros de darle sin parar a la pedaleada porque el tan plano que la bicicleta no rueda por si misma. En ese sentido es mejor cuando hay cuestitas o cuestotas, porque al menos cuando se termina de subir, viene una bajada que ayuda bastante cuando uno está cansado.
Pues después de pedalear tanto, cuando ya iban a ser las 4:00 p.m. y sabiendo que aun quedaban 25 kilómetros, había que negociar con un taxista que nos encaminara para que nos agarrara la noche en esa carretera tan peligrosa, no solo por lo transitada, sino porque dicen que ahi han bajado a algunos cleteros de sus máquinas. Y eso, eso puede más que cualquier orgullo... ¿O no?

Mi primera vez... en un blog.

Esta es mi primera vez en un blog. Casi como la primera vez que fui a la escuela. Por la novedad claro, porque no serà porque me enamore de la maestra. Esa serà otra historia mi querido Watson, para cuando tenga tiempo de contàrtela. Algùn dìa serà. Por ahora solo dirè: ladran Sancho. Empezà a juntar piedras.